El “entrenamiento de fuerza” de tu bebé durante los últimos dos meses está comenzando a dar sus frutos; ahora, muchos bebés pueden levantar brevemente la cabeza en la posición de decúbito prono. La razón de esto es su cuello y espalda más fuertes. ¡Y no solo eso! Quizás también puedas observar con asombro cómo tu bebé gira de un lado a otro.

Si ello le lleva más tiempo a tu hijo, también puedes recostarlo en la manta a modo de juego y darle la mano desde un lado para que la agarre y empezar a tirar. Los músculos de las piernas, por otro lado, todavía tienen que ponerse al día; por lo tanto, puedes dejar que tu bebé patee sobre una manta con la mayor frecuencia posible.

Tu bebé reconocerá fácilmente las voces de mamá y papá durante esta fase. Sin embargo, lo que es completamente nuevo es que responderá a lo que le digas con una risa audible. Muy lindo, ¿no? Ahora es importante que tu bebé oiga bien. Porque ya se están sentando las bases para el desarrollo de su lenguaje. Si tu bebé gira la cabeza en la dirección de una fuente de ruido o si se asusta con un ruido fuerte, lo más probable es que todo esté bien con su audición.

 Es posible que tu bebé aún no pueda hablar, pero ya está aprendiendo a comunicarse. ¿Quizás ya notaste que te responde con felices balbuceos o gorjeos cuando le hablas? Si tu bebé está de buen humor o emocionado, probablemente se ponga a remar salvajemente con los brazos frente a su torso. Tu bebé se comporta de manera completamente diferente con personas que le son menos conocidas: probablemente estará tímido e incluso puede que comience a llorar. Pero no te preocupes, ¡que sienta la falta de familiaridad es bastante normal en esta fase!  

Tan pronto como tu bebé se desarrolla, también lo hacen sus necesidades nutricionales. Simplemente deja que tu bebé determine con qué frecuencia y cuánto beber; de ese modo acertarás. Es posible que ya fijaras cierto ritmo en la lactancia. ¿Quieres saberlo exactamente? ¡Con gusto! En los primeros seis meses de vida, los bebés deben aumentar entre 150 y 200 gramos por semana; este aumento de peso es el ideal. ¿A tu bebé no le gusta mucho beber? Si está satisfecho, alegre y ganando peso, no tienes que obligarle a hacerlo, porque cada bebé se desarrolla a su propio ritmo.