Tu hijo acaba de celebrar su segundo cumpleaños, está creciendo y aprende cosas nuevas rápidamente. Es cada vez mejor y habla más cada día. Al mismo tiempo, se vuelve más independiente, desarrolla nuevos rasgos de carácter y su propia voluntad. Probablemente pienses que es una pena que todo vaya tan rápido, pero también es muy emocionante al mismo tiempo, porque el fuerte vínculo que existe entre ustedes dos hace que tu hijo busque tu atención una y otra vez, al mismo tiempo, su cuerpo exige una buena nutrición que le brinde toda la energía que necesita.