Todo el mundo nace con reflejos innatos; la madre naturaleza lo ha dispuesto así de forma muy inteligente. Después de todo, dichos reflejos innatos han asegurado la supervivencia de los recién nacidos desde tiempos inmemoriales. Puedes descubrir fácilmente el reflejo de búsqueda en tu bebé: acaricia su mejilla y verás que su boca gira hacia tu mano y gira la cabeza, el reflejo de succión se activa cuando tocas sus labios. Luego, tu bebé los moverá hacia adelante y comenzará a succionar vigorosamente. Ambos reflejos son importantes para la lactancia. La mejor manera de observar el reflejo de agarre innato de tu bebé es en sus manos y pies, que se activan al tocarlos.

¿Sabías que la visión de tu bebé es totalmente borrosa en las primeras semanas de vida? Se vuelve un poco más clara cuando te acercas a su cara a unos 20 a 25 cm. A los bebés también les gustan los colores intensos y los contrastes claro-oscuro porque pueden percibirlos especialmente bien. Hasta que tu bebé pueda ver nítidamente y reconocer los colores, debes tener paciencia por un tiempo; ¡esto solo ocurre entre el cuarto y el sexto mes!

¿Tiene hambre mi bebé? ¿O quizás debo cambiarle el pañal? Comunicarte con tu bebé no es fácil al principio, después de todo, él todavía no puede hacerse entender bien, por lo tanto, si algo no va bien con él, lo expresará gritando. En tal caso, tú debes reaccionar para que él vuelva a estar bien. Haciéndolo, tú también le aportas a él una sensación de seguridad y protección, solo confía en tu instinto: pronto sabrás lo que él quiere, ¡te lo aseguramos! Y por cierto: el llanto puede tener motivos muy diferentes y no siempre tiene por qué ser señal de que tiene hambre.

¡Leche, leche y más leche! Tu bebé solo se alimentará de ella durante sus primeros meses de vida, y es lo mejor. Después de todo, tu leche materna le proporciona a tu bebé todo lo que él  necesita durante sus primeros seis meses de vida . La lactancia es, por lo tanto, lo mejor para tu bebé. Alimenta a tu recién nacido siempre que él tenga hambre. Su estómago todavía es pequeño y no puede absorber tanto. Por lo tanto, es probable que vuelva a pedirte alimento cada 1 a 3 horas.