Los brazos, la parte superior del cuerpo y el cuello de tu bebé se fortalecen cada día; por cierto, puedes fomentarlo con un pequeño truco: a tal fin, simplemente acuesta a tu bebé boca abajo con más frecuencia para que juegue en la alfombra de juego. Luego, tu bebé tiene que apoyarse con los brazos, lo que fortalece aún más los músculos de los brazos y la espalda. Pasará un tiempo antes de que tu bebé pueda sentarse derecho y solo, por lo tanto, es mejor que lo mantengas en tu regazo al alimentarlo y jugar con él.

También puedes poner a tu bebé en la silla alta más tarde, cuando sea lo suficientemente fuerte, pero lo que realmente funciona bien son sus manitas: Tu bebé ahora es tan hábil que puede agarrar objetos con una mano y llevarlos a la otra. ¡Y cada vez se vuelve más activo! Por lo tanto, bajo ninguna circunstancia (¡realmente nunca!) debes dejar a tu bebé desatendido cuando está acostado en la cama, el sofá o el cambiador.

 ¡A tu bebé le encantarán ahora las canciones y las rimas infantiles! Así que cántale a tu bebé con la mayor frecuencia posible. ¿No cantas muy bien? No importa, tu bebé será tu mayor fan, ¡te lo aseguramos! También puedes hacer que tu hijo tenga otras experiencias auditivas durante esta fase, por ejemplo, hacer que golpee una olla volcada con una cuchara de madera.

Hasta ahora es probable que tu bebé solo haya conseguido pronunciar sílabas simples como “ma”, “da” o “ba”. Pero pronto las unirá en forma de cadena. Palabras como “ma-ma” o “ba-ba” saldrán de sus labios. Sin embargo, las palabras no tienen ningún significado aún; ¡lo sentimos, queridos padres!

Si bien tu bebé obtuvo todo lo que necesita con su leche en los primeros meses, la leche sola ya no es suficiente en la segunda mitad de su vida. ¿Sabías que tu bebé ahora tiene mayores necesidades nutricionales que satisfacer? Más precisamente, las reservas de hierro, que tenía acumuladas al nacer, ahora se están agotando al final del 6º mes de vida. Por lo tanto, ahora debes incluir en la dieta de tu bebé alimentos ricos en hierro como la carne, el mijo y las espinacas. Según los últimos hallazgos, eres tú quien decide exclusivamente el orden en el que introducir la alimentación complementaria.